6 de julio de 2009

Gráfico I - Stella Martini

La noticia, construcción de la realidad

Extractado de MARTINI, Stella Periodismo, noticia y noticiabilidad, Norma, Buenos Aires, 2000. (http://www.nombrefalso.com.ar/)

La noticia periodística es una construcción de la realidad (Verón, 1981), que "existe en función de que la
comunicación permite disponer de un mecanismo de relación (de interacción) entre los individuos" (Saperas,
1987: 148). Esta definición se constituye en punto de partida del análisis discursivo de la noticia, y desarma
la hipótesis de la objetividad periodística. Si "los periodistas tienen un rol socialmente legitimado e
institucionalizado para construir la realidad social como realidad política y socialmente relevante" (Rodrigo
Alsina, 1996: 30), es natural que realicen operaciones para reafirmarlo.
La definición de la noticia como construcción de la realidad social implica que la comunicación no es un
proceso lineal, y que incluye de modo necesario la labor de los públicos en su interacción con los mensajes
de los medios. Este proceso "de producción, circulación y reconocimiento" (Rodrigo Alsina, 1996: 3 1)
implica también el consenso que la sociedad otorga a los medios como soporte comunicacional que
construye y difunde sentido sobre el mundo. A partir de este reconocimiento, se puede hablar de otra figura,
que reúne a públicos y textos periodísticos, el contrato de lectura (Verón: 1983), o contrato mediático
(Escudero: 1997). Los periodistas prefieren hablar, en términos de intención de discurso, de target o perfil de
su receptor.
En el nivel del discurso, se articulan las categorías del enunciador, que da cuenta del relato informativo, el
enunciado, el mensaje, y el enunciatario, destinatario del mensaje. El texto se constituye en el lugar de
pasaje que soporta la circulación social de los significados, trabaja en diversos niveles, a modo de red, y "es
capaz de producir una variedad de significados de acuerdo con la experiencia sociocultural del lector"
(O'Sullivan et al. 1994: 317). La noticia periodística, que es un tipo genérico de texto que da cuenta
"cotidianamente (de) lo que ocurre en el mundo" (Verón, 1987: 111), cobra sentido en la sociedad porque se
aceptan como "reales" los acontecimientos que construye. Según Verón, "algún discurso ha engendrado en
nosotros la creencia y en él hemos depositado nuestra confianza. La confianza se apoya en el siguiente
mecanismo: el discurso en el que creemos es aquel cuyas descripciones postulamos como las más
próximas a las descripciones que nosotros hubiéramos hecho del acontecimiento si hubiéramos tenido de
éste una «experiencia real»" (1987: V). El sentido de credibilidad de un discurso periodístico se cruza con
otras series de verosímiles culturalmente compartidas que permiten su legitimación.
Discurso periodístico: el verosímil construido
La noticia es un discurso verosímil. Todo texto verosímil se define por su negación, es lo que parece real, lo
que "sin ser verdadero, sería el discurso que se asemeja a lo real" (Kristeva.1970: 65). Atravesada por la
variable temporal, la verosimilitud de un texto depende de los significados de verdad en una cultura
determinada, y de las reglas del género. Por su efecto, se produce la coincidencia de un texto particular con
otro texto que se constituye en el cruce entre la opinión pública y las representaciones sociales. El sentido
verosímil, que simula preocuparse por lo objetivo, se interesa por construir y mantener la relación con sus
lectores a través de un discurso reconocido. Categoría que apela a una identidad de juicios sobre el texto
entre el autor y el lector, o al menos aspira a lograrla, "... opera sobre numerosos registros ideológicos y
formales: religiosos, políticos y aún científicos" (Genot. 1970: 50). Se origina en el efecto de similitud, que
conecta cada noticia con una agenda de noticias ya leídas e interpretadas como verosímiles, con el
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imaginario del lector y con la historia misma de la comunidad a la que él pertenece. La organización de las
agendas temáticas y clasificatorias, las retóricas exigidas a cada tipo de noticias, y los valores que hacen a
un hecho noticiable remiten pues al propósito de mostrar algo como verdadero.
La verosimilitud en el discurso periodístico está sujeta a variaciones relativas a la historia y a la cultura. La
serialización de la información contribuye a su reconocimiento como verosímil: el proceso que naturaliza un
tipo de hechos los instala como más reales.
Sin reconocimiento hay sanción extratextual: cuando el enunciatario experimenta extrañeza ante una noticia
que interpreta como inverosímil se produce una falta de confianza que puede extenderse al contrato de
lectura mismo. Un sistema de preceptos se apoya en realizaciones anteriores más que en leyes abstractas,
por eso, una puesta en acto del género implica justificaciones relacionadas con las competencias supuestas
en el enunciatario, y de esta manera el texto se conecta, en términos de sentido, con sus lectores.
El contrato de lectura
El contrato de lectura permite el estudio de la producción y circulación de los mensajes en términos de
densidad significativa. Formulado inicialmente para el estudio de la prensa gráfica, el concepto puede ser
trasladado al estudio del discurso televisivo, pero su complejidad obliga a realizar acotaciones
diferenciadoras. El contrato de lectura, un lazo en el tiempo entre un medio y su receptor (Verón: 1988?), es
especialmente enunciativo: implica las modalidades de decir un texto. Se lo puede explicar como un acuerdo
estrictamente delimitado por cómo un texto periodístico construye la información, y cómo se significa como
verosímil.
Las modalidades que se usan y reconocen como adecuadas y legítimas para decir la noticia responden a
una visión del mundo, por lo que el contrato se sustenta en una coincidencia (en diferentes grados)
ideológica.
El contrato en la prensa gráfica
En el caso de los diarios, el contrato incluye desde el nombre, el formato y la tipografía, la presentación en la
tapa, la diagramación y la ilustración; el nivel de lengua, el recurso a la deixis, las metáforas y
comparaciones, los destacados, y los sistemas clasificatorios de las noticias en agendas temáticas
diferentes. Se asume que el lector incluye en sus hábitos de consumo y en sus expectativas la lectura de las
noticias construidas de una manera determinada.
La noción de contrato enfatiza sobre las condiciones de "construcción del lazo que une en el tiempo un
medio y sus consumidores" ... y que debe conservarse, mejorarse y evolucionar, ya que su objetivo es
"construir y preservar los hábitos de consumo" (Verón. 1991: 168). Se trata de una relación delicada, que
puede romperse si se alteran las cláusulas del acuerdo, si el diario cambia parcial o totalmente sus
modalidades de decir. Con todo, es un lazo más estable en la gráfica que en la televisión.
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Modalidades de decir la noticia en la prensa gráfica
En los diarios, las modalidades de decir responden a las diferentes agendas temáticas y clasificatorias, que
organizan el significado de la lectura de las noticias. Según Wanta, los diarios pueden demostrar "el
significado que le otorgan a una historia determinada a través del énfasis y la significatividad. Los lectores,
por ejemplo, saben que las noticias largas son más importantes que las cortas. De manera similar, los
lectores entienden que hay otros factores que indican la importancia relativa de las noticias: noticias con
fotografías versus noticias sin fotografías; amplios titulares versus pequeños titulares; primera plana versus
contratapa; la parte superior de la página versus la parte inferior" (1997: 144).
El uso de los códigos lingüísticos es uno de los elementos más significativos en las modalidades de
enunciación de los diarios. El nivel estándar de la lengua garantiza una comunicación fluida, a veces se
incluyen dichos, giros idiomáticos y metáforas vigentes en la comunicación cotidiana, o jergas o dialectos
peculiares (en el caso de los diarios de lectorado popular son más habituales).
El discurso periodístico aparece como impersonal, "debido a que no lo produce y expresa un único individuo,
sino organizaciones institucionalizadas" (Van Dijk, 1990: 113), y porque remite al verosímil de la objetividad.
La primera persona sólo aparece en las menciones a las fuentes, en una forma de estilo referido.
Las deixis contextualizan y dan sensación de "verdad". La deixis espacio-temporal permite la crónica y
remite al mundo real a través de la explicitación del lugar y la datación. La deixis socio-cultural, constituida
por las referencias a personajes públicos, lugares de moda, libros o teorías, formas de vestir y moverse de
los acto- res de las notas, aporta al efecto de reconocimiento, y posibilita el verosímil porque es la realidad
que "todos conocemos" (presentar a un personaje público en la privacidad de su despacho, con los detalles
de su vestimenta o lo que tiene sobre el escritorio, o a un personaje común en tareas habituales acentúa la
cercanía y aumenta la credibilidad).
El material ilustrativo (fotografías, gráficos, dibujos) se constituye cada vez más en el punto de anclaje para
la atención del lector. Las fotografías adquieren un valor significante en la construcción del verosímil: lo que
no alcanzan a describir las palabras lo muestran las imágenes, y agregan la fuerza del testimonio, el "haber
estado allí" (que la cámara televisiva pone en escena de manera efectista). Ha cobrado importancia el
epígrafe de la foto, ya que allí se fija, luego de los titulares, la atención del lector. Las fotos también tienen
valor de agenda, de énfasis: las notas acompañadas de material fotográfico jerarquiza el tema como
relevante.'
A este conjunto se agrega la significación de las infografías, que ya son una forma discursiva habitual en los
medios últimamente. Su valor es completar la in- formación brindada por el texto escrito o sintetizarla, y
ponen al lector en contacto con la información de una manera directa.
Los estilos en la noticia gráfica
El texto periodístico no hace uso de un único estilo, sino que cruza formas informativas, narrativas y
argumentativas. Los estilos responden a los tipos de agenda y a las secciones (clasificaciones) y también a
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los criterios de noticiabilidad implicados en una noticia,
Un texto informativo da el relato de los hechos, evita descripciones secundarias y secuencias laterales, y
recurre a estrategias de legitimación, corno la referencia a las fuentes oficiales o jerarquizadas, que permiten
al lector el anclaje de la credibilidad. Puede incluir otros discursos a través del estilo directo o la
reconstrucción de declaraciones de los actores involucrados en los hechos y que reafirman el efecto de
realidad.
La forma narrativa es una manera de acercarse más al lector. En este momento se asiste a una cierta
narrativización de las noticias más duras, favorecida por la fuerza narrativa de la imagen televisiva y también
por un crecimiento de las narraciones particulares. A diferencia del estilo informativo, la narración apela a las
anécdotas, secuencias laterales, descripciones, y notas de color. El uso del estilo narrativo, más propio de
las noticias sobre la vida cotidiana y el delito, incluye la descripción que contribuye a la verosimilitud, y que
subraya la fuerza del referente.
El texto argumentativo busca persuadir, y apelar a la capacidad de razonamiento del lector, e intenta
convencer (la argumentación racional) o conmover (la argumentación emocional). Esta última es típica del
periodismo de corte sensacionalista, y aparece como una tendencia fuerte en secciones de información
general de los diarios serios.
Como registro propio de las secciones de opinión y de las columnas, el estilo argumentativo suele cruzarse
con los estilos informativo y narrativo.
En realidad, es difícil identificar un estilo único en las noticias de la prensa gráfica. La necesidad de un
acercamiento mayor a los lectores ha ido produciendo transformaciones significativas en las modalidades
estilísticas de los diarios. La pureza de las formas de decir en una nota no siempre es posible, los textos rara
vez son exclusivamente informativos, narrativas o argumentativos, por lo general, cruzan estilos.